El corea es un movimiento involuntario cuya característica central es su patrón azaroso, impredecible.
Cuando el movimiento coreico es más lento y reptante se denomina atetosis.
Los movimientos coreoatetósicos se presentan a consecuencia de una variedad de psicofármacos (entre los cuales se incluyen antidepresivos, metilfenidato, carbamazepina, metadona, litio, neurolépticos, bloqueadores de canales de calcio y otros).
Son movimientos de tipo coreico y atetósico, que habitualmente se dan en forma simultánea, predominando uno u otro. Excluimos acá los del tipo discinesia tardía. Pueden darse los siguientes tipos:
Movimientos coreicos
Movimientos involuntarios y espontáneos, irregulares y arrítmicos, bruscos y rápidos, de amplitud considerable, predominan en los segmentos proximales de los miembros, sobre todo los superiores. Es un movimiento que simula un acto motor voluntario pero ilógico, sin finalidad útil. Aparece tanto en reposo como en los movimientos voluntarios, perturbando considerablemente la ejecución correcta de éstos. El movimiento coreico se exagera con la emoción y desaparece durante el sueño.
Movimientos atetósicos
Movimientos involuntarios y espontáneos, irregulares y arrítmicos, pero lentos, de escasa amplitud y de predominio distal, a diferencia del coreico. Tienen el aspecto de un movimiento reptatorio u ondulante, a diferencia del coreico, que simula un movimiento voluntario. Se trata de un movimiento lento de flexo-extensión y aducción-abducción de las manos, acompañado de flexo-extensión y prono-supinación del puño, simulando así un movimiento reptante, tentacular. Aparece tanto en reposo como en movimiento, perturbando la realización de actos motores fisiológicos. Se acentúa con la emoción y desaparece durante el sueño.

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