Término que se ha usado para designar un tipo de taquipsiquia, que caracteriza la fase maniacal. La persona pasa rápidamente de un tema a otro, en un discurso en que cada frase tiene algún tipo de relación, mayor o menor, con el tema que lo precede o con los estímulos que provienen del ambiente. La impresión del observador es que el entusiasmo del sujeto es tan exagerado, que le es imposible rechazar, seleccionar o perder nada de lo que va apareciendo en su mente y que va hilando en el discurso. Todo le es impostergable. Es típica de esta forma de pensamiento una elocuencia plagada de datos a medio terminar, porque antes de redondear uno se suscitan otros. Sin embargo, las asociaciones que hace no son absurdas ni extrañas; están en relación con situaciones del ambiente, del tema precedente, u otras. Así, el relato resulta a veces comprensible, entretenido y hasta convincente.

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