I.2.2.3.3. Otros términos usados en relación con las ideas delirantes

a. Delirio

Término genérico usado habitualmente para referirse al contenido del conjunto de las ideas delirantes que presenta un sujeto. Ejemplos: delirio de ruina, de culpa, de grandeza, etc., y generalmente se emplea cuando hay cierto grado de sistematización en la productividad delirante.

b. Ánimo, temple o humor delirante

Es el estado afectivo que coge al paciente y el trasfondo con el cual vive sus fenómenos delirantes. Inmotivada creencia, sospecha y espera que el observador no puede seguir ni comprender. Es el ánimo de la perplejidad, la sospecha significativa de vivir en un mundo y en un yo transformados. Se ha descrito como ánimo alarmado del “algo sucede”; estado de ánimo del sentirse afectado por lo insólitamente siniestro, por el cambio experimentado por el enfermo en sí mismo o en su entorno.

c. Dinámica delirante

Se refiere a la fuerza con que los afectos y los impulsos actúan en el sujeto y van formando el delirio. El entrevistador puede valorar la dinámica delirante por la forma como la persona lleva adelante el delirio: va desde una viveza con fuerza productiva, con tendencia a la ampliación del delirio, con reacciones emocionales y expresivas fuertes, hasta un delirio fijo, monótono, a veces sin movimiento afectivo, en una descripción del delirio que hace aparecer apagada la productividad psicótica.

d. Delirio sistematizado

A partir de una idea delirante originaria, y desde otras ideas delirantes vividas por el sujeto, se va confirmando, explicando y expandiéndose un constructo de relativa coherencia que denominamos ‘delirio sistematizado’.

e. Delirio encapsulado

Ideas delirantes a las que el sujeto presta poca atención y, por lo tanto, no tienen incidencia en su vida personal ni en su relación con los demás. Si son investigadas, el paciente las confiesa, pero se hace evidente al entrevistador que no repercuten significativamente en él.

f. Delirio parafrenizado

Término que se usa para describir ciertos tipos de delirios sistematizados y encapsulados, de contenidos expansivos, fantásticos o confabulatorios, que el paciente tiende a guardar en su intimidad, no obstante lleve a cabo acciones concordantes con él. 

Fuera del mundo delirante, el parafrénico conserva su capacidad de adaptación y muchas veces pasa inadvertido. No es poco habitual que el paciente confiese su delirio después de varias entrevistas en las cuales ni siquiera se sospechaba su existencia.

g. Fantasías delirantes.

Corresponde a lo que hemos definido psicopatológicamente como ‘ocurrencias delirantes’, y debe su nombre a las características del contenido de la ocurrencia, las que serían de tipo fantástico. O sea, transcurren en una especie de atemporalidad e inespacialidad terrenas y de grandes magnitudes cuantitativas.

h. Imaginerías delirantes

También corresponden a lo que hemos definido psicopatológicamente como ocurrencias delirantes, y en este caso su nombre obedece a que sus contenidos son situaciones no totalmente imposibles, ocurridas en medio de actividades cotidianas, como, por ejemplo, aventuras imprevistas y novelescas. Son un tipo de representaciones delirantes.

i. Experiencias delirantes internas

Corresponden a lo que nosotros hemos llamado “pseudo-alucinaciones”; vale decir, las vemos como un trastorno de la representación y no de la ideación.

j. Vivencia deliriosa

Con este término se designa lo que hemos descrito como “ocurrencia deliriosa’”.

k. Pensamiento derreístico

Pensamiento centrado en fantasías, ensoñaciones, delirios, alucinaciones, todos fenómenos que ocurren fuera de la realidad.

l. Pensamiento autístico

Es el pensamiento derreístico propio de la esquizofrenia.

m. Interpretación delirante

Es el fenómeno psicopatológico por medio del cual se le da una significación anormal a una percepción o a una representación, configurando así las percepciones y las ocurrencias delirantes, respectivamente.