I.2.2.3.1.b. Ideas deliroides

Son aquellas que, comprensiblemente para nosotros, han surgido de procesos psíquicos en relación con la afectividad. Podemos entender cómo se originaron desde las emociones y sentimientos, sean éstos de temor, desconfianza, deseo, éxtasis, rabia, culpa, minusvalía, etc. Desde esos afectos, se nos hará comprensible, en el sentido jaspersiano, la idea deliroide del paciente. 

Dice Jaspers, para su explicación, “no necesitamos recurrir a ninguna transformación de la personalidad, como sucede en las ideas delirantes primarias, sino solamente a exacerbaciones de rasgos previos”.

a. Percepciones deliroides

Son auténticas percepciones a las cuales el sujeto les da un significado anormal, el cual, aunque no es compartido por el interlocutor, le es comprensible desde el ánimo del sujeto. 

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b. Ocurrencias deliroides

En las ocurrencias deliroides, al igual que en las delirantes primarias, la nueva significación especial no es sobre una percepción, sino sobre lo representado. Las experiencias internas vividas por el sujeto, ya sean normales o patológicas, sueños, lecturas, fantasías, imaginaciones, ilusiones, alucinaciones del recuerdo, etc., son vividas por él con un significado especial. Pero en este caso, al igual que lo descrito para la percepción deliroide, aunque ese significado no sea compartido por el interlocutor, le es comprensible desde el afecto presente en la persona.

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