I.2.2.3. Trastornos en el contenido del pensamiento

La ideación es el proceso de formar y relacionar ideas; esto es, el acto mental por el cual objetos de los sentidos son aprehendidos y retenidos como objetos del pensamiento. 

Los trastornos en este proceso llevan a juicios de realidad patológicamente falseados, o ideas delirantes. La interacción entre realidad delirante y realidad común puede darse de diferentes formas:

– La realidad delirante es la única realidad. El delirio aparece en lugar de la realidad común, la desplaza e invalida. En especial se ve en los delirios agudos.

– La realidad delirante es la que predomina, pero no es la única realidad. El delirio es para el enfermo la realidad más importante, pero no queda completamente invalidada la realidad común. Esta situación se llama doble orientación.

– La realidad delirante y la común coexisten. Ambas realidades no se interfieren mutuamente, o ni siquiera son puestas en relación entre sí. En este caso, la doble orientación es más evidente.

– La realidad delirante y la común confluyen. El paciente no las separa bien entre sí. Lucha por mantener su correcto juicio de realidad; sin embargo, con profunda angustia y perplejidad confiesa: “todo está revuelto”, o “tengo un lío en la cabeza”. Se siente confundido en esta doble orientación. 

La significación en el delirio

Nuestras percepciones no son nunca una mera reproducción de aquellos datos sensibles de la realidad que nos comunican los sentidos, pues siempre son, al mismo tiempo, la percepción de una significación. Así, frente a una casa, por ejemplo, nuestros sentidos perciben colores y formas, y, al mismo tiempo, la percibimos con la significación de ‘aquello que existe para ser habitado por seres humanos’. Siguiendo esta línea, podemos afirmar que todo pensamiento es pensamiento de significaciones. Y cuando la significación concuerda con lo sensorialmente percibido, representado o recordado, ella tiene el carácter de realidad.

En el delirio, las significaciones con que el sujeto lee la realidad no se corresponden con la realidad misma (tal como es leída por el grupo de pertenencia del sujeto). Y el saber inmediato que se impone de estas significaciones no correspondientes con la realidad, es la vivencia primaria del delirio, la cual se traduce en juicios de realidad falsos y se expresa en ideas perturbadas.

Esta transformación de las significaciones propia del delirio se puede dar en relación con el entorno, con el Yo, o con ambos. Como veremos al examinar las ideas delirantes según su contenido, ellas se clasifican según el área en que se altera la significación.