Temores que se imponen frente a determinadas situaciones u objetos, aun cuando no son lógicamente justificables ni proporcionales.
Los temores obsesivos o fobias se designan con nombres especiales de origen griego, según el objeto o la situación a que se refieren:
• Acarofobia: temor obsesivo a los parásitos de la piel.
• Agorafobia: temor obsesivo a los lugares abiertos, calles, plazas, etc.
• Acmofobia: temor obsesivo a los objetos puntiagudos, a herirse o herir a otros.
• Acrofobia: temor obsesivo a las alturas.
• Algiofobia: temor obsesivo al dolor.
• Acuafobia: temor obsesivo a las extensiones de agua, a las corrientes de agua.
• Bacteriofobia: temor obsesivo a los gérmenes patógenos.
• Claustrofobia: temor obsesivo a los espacios cerrados.
• Eritrofobia: temor obsesivo a ruborizarse.
• Hematofobia: temor obsesivo a la sangre.
• Hidrofobia: temor obsesivo al agua.
• Lalofobia: temor obsesivo a hablar.
• Misofobia: temor obsesivo al contacto, a contaminarse, ensuciarse.
• Necrofobia: temor obsesivo a los cuerpos muertos y sus componentes.
• Nictofobia: temor obsesivo a la noche, a la oscuridad.
• Patofobia: temor obsesivo a muchas cosas y situaciones.
• Pecatofobia: temor obsesivo a pecar.
• Tafofobia: temor obsesivo a aburrirse en vida.
• Tanatofobia: temor obsesivo a la muerte.
• Xenofobia: temor obsesivo a los extraños.
• Fobofobia: temor obsesivo a tener miedo.
• Zoofobia: temor obsesivo a los animales.

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