Dónde clasificar los trastornos obsesivos es materia en discusión, que ha dado lugar a diversas alternativas.
En algunos textos de psicopatología aparecen entre los trastornos de la voluntad, ya que una de sus características fundamentales es la imposibilidad de ser controlados mediante la voluntad.
Otros autores los han ubicado como trastornos del impulso, ya que, en muchos casos, los actos rituales, los impulsos obsesivos o compulsiones son los rasgos predominantes.
Nosotros, siguiendo a Schneider, hemos clasificado la obsesión y el delirio como aquellos trastornos del pensamiento en que lo que falla es el control de las ideas. Nos parece que el rasgo más propio de los fenómenos obsesivos es la imposibilidad de control sobre ellos; pero, a diferencia de los fenómenos de influencia, las obsesiones no provienen desde fuera. Las obsesiones y delirios son subjetivos, sus contenidos no son extraños al yo. Pueden resultar absurdos y egodistónicos por su persistencia, pero no ajenos. 209