Los llamado sentimiento de estado o estados emocionales, pueden ser o bien puramente corporales y localizables físicamente, por ejemplo, el sentimiento de cansancio, de malestar o dolor físico, o bien afectos psicofísicos puntuales como la vergüenza, el amor sensual, el espanto, etc.
Distinguimos dentro de éstos los sentimientos corporales (como estados) y los sentimientos vitales (como funciones) se revelan, del lado objetivo, los valores vitales; y del lado subjetivo, el yo vivido globalmente mediante el cuerpo.
En el estrato de los sentimientos puramente anímicos —o sentimientos puros del yo— (como tristeza, alegría, melancolía, sentirse afortunado o desafortunado) se nos manifiestan, como polo objetivo, los valores espirituales; y como polo subjetivo, el yo psíquico sin mediación del cuerpo vivo.
Dividiremos los trastornos de los sentimientos de estado en: