III.0. Teoría sobre el Yo

En este capítulo estudiaremos las dimensiones del yo y cómo se alteran estas funciones en distintos contextos. Para comprender bien la manera en que abordaremos el tema, es necesario tener claro de dónde viene esta concepción que queremos desarrollar.

Psicología del yo 

1. El yo y su funcionalidad 

El Yo, en cuanto a su acepción fenomenológica, apunta a la experiencia de uno mismo. Sensaciones, percepciones, representaciones, afectividad, actividad psicomotriz y pensamiento adquieren su cualidad en esta instancia que llamamos Yo. 

Francisco Fernández  Señala “es verdad que hay una conciencia del Yo y una conciencia de los objetos. Pero es asimismo cierto que la conciencia del Yo está presente más o menos relativamente en todos los estados de la conciencia. El Yo es una cualidad común a todas las experiencias psiquiátricas normales. Precisamente por ello el sujeto tiene conciencia de que las experiencias y las vivencias son un producto psíquico suyo. Hay una experiencia central del Yo en la experiencia y la vivencia del Yo…”. “Pero además de esta presencia central del Yo que me permite tomar conciencia de que lo vivido es producto mío, hay una presencia del Yo, periférica e impregnante en las experiencias y las vivencias objetivas, o sea, en la relación del sujeto con el mundo de manera funcional”. 

Henry Ey Castilla del Pino mencionan alteraciones del Yo que van más allá de la psicopatología de la conciencia del Yo, algunas de las cuales nosotros adjudicamos a alteraciones de su estructura y organización. Sin embargo, en sus descripciones, más que mostrar estos fenómenos, los interpretan desde la perspectiva psicoanalítica. Es bastante comprensible este hecho, porque mencionar el Yo en psicopatología es mencionar una estructura y organización dinámica, variable que el psicoanálisis ha integrado satisfactoriamente. 

2. Aproximaciones 

a. Método fenomenológico 

En general, los aspectos psicológicos y psicopatológicos que hemos considerado en los capítulos anteriores tienen relación con hechos psíquicos que aparecen en un momento determinado.  

Como hablar de psicología o psicopatología del Yo es referirse a una estructura y organización dinámica a través del tiempo, es comprensible que los psicopatólogos fieles al método fenomenológico descriptivo se hayan centrado sólo en aquellos aspectos del Yo que aparecen frente al observador en el momento mismo de su exploración diagnóstica. 

b. Visión integradora: Fenomenología descriptiva dimensional 

Nosotros creemos que también puede hacerse fenomenología descriptiva, incorporando las variables psicodinámicas en una fenomenología descriptiva dimensional, la que nos permitiría ver la conexión existente entre lo normal y lo patológico, aceptando la continuidad de este transcurrir. Este método fenomenológico descriptivo dimensional integra presente y pasado, sin necesariamente interpretarlos, tan sólo descubriéndolos, e incorpora el carácter de continuidad entre los fenómenos psicológicos y psicopatológicos del Yo en todo su espectro, desde lo más sano a lo más enfermo. 

Jaspers: Describió los trastornos psicopatológicos del Yo que se presentan en el aquí en el ahora, y que corresponden a lo procesal, primario e incomprensible, pero no insistió en la psicopatología del Yo que involucra aquellas dimensiones comprensibles y que se acercarían a su concepto de desarrollo.  

2. El yo en la historia del psicoanálisis 

a. Concepciones del Yo 

En la perspectiva psicoanalítica, el Yo ocupa un lugar fundamental, esbozado desde los primeros escritos de Freud y ampliamente confirmado por los desarrollos posteriores de Hartmann.  

Sintéticamente, basándonos en la tesis de Larraín, Méndez, Pruzzo, “Conceptualizaciones psicoanalíticas de las funciones yoicas”, describiremos las cuatro concepciones del Yo en la historia del psicoanálisis. 

Fase inicial de los conceptos freudiano  

Donde se concibe al Yo “como una organización de neuronas, en el lenguaje fisiológico, o representaciones en términos psicológicos, el cual tiene una catexis o carga energética permanente más que cambiante”. 

Pulsiones 

En la segunda concepción, Freud pondrá el énfasisen las pulsiones e ‘instintualizará’ el Yo. “La censura intrapsíquica, aquello que impedía que el material inconsciente se hiciera consciente, se suponía que estaba a cargo de los “instintos autopreservativos del yo” o “pulsiones de autoconservación”. 

Entidad estructural 

Cuando Freud reemplaza la concepción topográfica, inconsciente–preconsciente–consciente, por la estructural, yo–ello–súper-yo, la hipótesis sobre los instintos del Yo es reemplazada por el constructo yoico. El Yo es concebido como unaentidad estructural, una organización coherente de funciones y procesos mentales que logra cierto grado de independencia de los impulsos, lo cual permite una relativa objetividad con respecto a la realidad. La relación del Yo con esta última destaca claramente el papel fundamental de la realidad en esta fase de la teoría: la función principal del Yo es conciliar las exigencias del ello, súper-yo y la realidad.  

Adaptación 

Sin embargo, fue solo en 1939, que comenzó hasta la actualidad un desarrollo sistemático de la psicología del Yo. En esta cuarta concepción psicoanalítica del Yo, se le concedió una importancia central a la adaptación, llegando esta a considerarse actualmente como otro de los postulados metapsicológicos dentro de la teoría psicoanalítica (Kaplan, Freedman y Sadock 1981). Este nuevo enfoque privilegia la importancia de la realidad en un sentido amplio y profundo, como una dimensión significativa del pensamiento psicoanalítico, ya que una óptima adaptación se logra desde una adecuada consideración de la realidad externa.

Concepto de Self 

Bajo el término de Self, los psicoanalistas también han conceptualizado el Yo en cuanto conciencia de sí mismo. El Yo es la única realidad de la cual se tiene experiencia como sujeto, expresado en castellano por “Yo”, y como objeto, expresado en castellano por “mí mismo”. Esta experiencia del Yo como objeto alude a una actividad reflexiva frente a la experiencia interna, que se desarrolla en la medida en que el Yo adquiere representación de sí mismo (Larraín, Méndez y Pruzzo 1986). 

Concepto actual de YO 

Integrando los aportes fenomenológicos y psicoanalíticos al concepto del Yo, pudiéramos decir que el Yo es el que comanda la vida psíquica, y es la instancia psíquica fundamental que personaliza las vivencias y hace propios los actos psíquicos. Es una estructura y organización compleja, esencialmente dinámica, que integra el vivenciar y mediante el cual éste adquiere pleno sentido.

b. Configuración del Yo 

El Yo es una estructura que, a través de un desarrollo dinámico, se constituye de elementos cuya característica fundamental es su oposición dialéctica. Su estructura y organización van tomando forma a través de la integración de elementos que interactúan dialécticamente. Cuando mencionamos las variables fundamentales que constituyen el Yo, podemos apreciar que ellas son dimensiones que señalan los extremos de un continuo, extremos que son antitéticos y que, en su interacción dialéctica, definen la estructura y organización del Yo. De aquí que este proceso sea esencialmente dinámico. 

Como señala Saurí: “La importancia de la contradicción es capital: no sólo es la raíz de todo movimiento —y, por lo tanto, de la vida—, sino que en virtud de ella una cosa es capaz de moverse y tener impulso. En una palabra, es una fuerza dinámica que lanza al hombre hacia una síntesis final, de tal manera que lo ‘pone’ constantemente en el devenir y lo hace actuar”. “La posibilidad abierta por la dialéctica es justamente esta: al considerar que la historicidad, esto es, el tiempo significativo, es la trama de las cosas, la totalidad encuentra su ubicación conceptual adecuada y deja de ser considerada como una suma”. 

b.1. Dimensiones del Yo según Freud 

El investigador más representativo bajo esta perspectiva es S. Freud, quien señaló tres dimensiones que determinarían el carácter del sujeto y gobernarían su vida psíquica. Estas son: sujeto-objetoplacer-dolor y actividad-pasividad. Sin embargo, estas tres dimensiones ya habían sido descritas por otros teóricos anteriores y contemporáneos de Freud. 

El éxito de Freud no radica en haber señalado tales dimensiones básicas, sino en haber creado un modelo interpretativo que epistemológicamente sigue el método dialéctico, método a nuestro juicio indispensable para cualquier hipótesis que pretenda comprender y manejar una estructura dinámica. 

b.2. Dimensiones del Yo según Millon 

Millon, hace un estudio sobre esta aproximación dimensional de la personalidad, concluyendo que son tres las dimensiones que deben aceptarse como determinantes de la estructura del carácter. Éstas son: activo-pasivodependiente-independiente y acercamiento-evitación

Las dimensiones dependiente-independiente, acercamiento-evitación y activo-pasivo, aportadas por Millon, nos ayudan a precisar la psicopatología del Yo que se muestra en los trastornos de personalidad. Sin embargo, no nos dan cuenta de lo que acontece con el Yo del fronterizo y menos aún con el del psicótico franco. 

Esta ausencia de continuidad los fenomenólogos han sido indiferentes a la fenomenología descriptiva de los procesos dinámicos y se han limitado a la psicopatología más grave del Yo, observando el fenómeno que aparece aquí y ahora en toda su manifestación. Y, por otro lado, las corrientes psicodinámicas, han marginado al Yo psicótico, un Yo demasiado desorganizado.  

Melani Klein ha contribuido a reducir tal discontinuidad. Más preocupada por las etapas pregenitales que Freud, se propone describir el proceso de individualización del Yo en un período crucial de su constitución, que ella denomina esquizoparanoide. Ella se acerca mucho a la psicopatología grave del Yo, aquella que se perfila cuando el Yo psicotiza, cuando empieza a confundir la realidad con la irrealidad.