III.1.1.2. Psicología de la dimensión realidad-irrealidad con relación a sí mismo (self)

La percepción de la conciencia de sí mismo, al igual que la relación del Yo con el entorno, está condicionada por el principio de realidad. Describiremos cada una de las características de la conciencia de sí mismo y luego desarrollaremos como su percepción está ligada al principio de realidad.

1.2.1. Conciencia de sí mismo

En su función personalizadora y cualificadora del vivenciar, el Yo percibe una conciencia de sí mismo que los psicopatólogos clásicos, como Jaspers y Schneider, han descrito con referencia a cinco características: conciencia de pertenencia del propio Yo; conciencia de la unidad del Yo; conciencia de la identidad del Yo; conciencia del Yo en oposición a lo externo o límites del Yo; y conciencia del existir del Yo. 

Agregamos dos características importantes en el análisis psicopatológico, que consideramos corresponden a la psicología del Yo: conciencia de salud y enfermedad, y conciencia corporal. 

2.1.a. Conciencia de pertenencia del propio Yo

Nos experimentamos a nosotros mismos como autores de aquello que hacemos, vivimos y logramos. Este sello de la acción “mía”, del “Yo personal”, que se da a los fenómenos psíquicos, sean éstos percepciones, sensaciones, recuerdos, representaciones, pensamientos o afectos, se llama personalización de la vivencia

2.1.b. Conciencia de la unidad del Yo. 

Yo soy uno en el mismo momento, esto es, nos experimentamos como unidad, como correspondientes a nuestro ser “nosotros mismos” y no varios. Esto, incluso, es válido cuando tenemos discrepancias internas, aspectos opuestos y contradictorios en nuestra intimidad. 

2.1.c. Conciencia de la identidad del Yo

Tenemos una conciencia de nuestra continuidad. Los cambios experimentados con el medio y con los demás a través de nuestra biografía no alteran el hecho de saber que desde que nacimos hasta ahora, somos siempre él mismo bajo una historia unitaria. 

2.1.d. Conciencia del Yo en oposición a lo externo, o límites del Yo

Así como hemos señalado que somos conscientes de nosotros mismos, también somos conscientes de aquello que nosotros no somos, estableciendo así un límite. Esto nos permite tener conciencia de que hay fenómenos que, al ser externos, no tienen la capacidad de provocar modificaciones en nuestro Yo, en nuestro ser. Interactuamos tranquilamente con los demás objetos, sin la necesidad de poner una barrera, que surgirá del temor de esta confusión entre mundo-externo y mundo-interno, y que nos llevaría necesariamente a un aislamiento. 

2.1.e. Conciencia del existir del Yo

Nos experimentamos como existentes, “con plena consistencia” y de modo natural y lógico como seres vivientes corporal y psíquicamente presentes. 

2.1.f. Conciencia de salud y enfermedad

Sentimos como enfermedad la amenaza y pérdida de nuestra estabilidad, fortaleza, de la sensación de agradable bienestar que nos permite enfrentar confiados la vida. Valorizamos nuestra salud cuando la tenemos y, si bien la cuidamos, no vivimos preocupados en exceso. Cuando enfermamos tenemos conciencia de la limitación presente o a futuro que la enfermedad nos depara, solicitamos ayuda, y nos comprometemos en el proceso terapéutico.

2.1.g. Conciencia corporal

En la perspectiva psiquiátrica, cuerpo es la representación que tiene nuestro Yo de nuestro cuerpo a través de la conciencia corporal. Esta conciencia corporal no es una idea primaria. Es consecuencia de la relación que el sujeto ha establecido con su cuerpo a lo largo de todo su desarrollo, desde su nacimiento hasta la muerte. En esta relación, el cuerpo es para el Yo un instrumento de expresión privilegiado, y de ahí la importancia de esta área en la semiología de la funcionalidad yoica. 

2.2. Principio de realidad en la conciencia de sí mismo

La percepción de la conciencia de sí mismo en estas siete características revisadas anteriormente, al igual que la relación del Yo con el entorno, está condicionada por el principio de realidad. Fenomenológicamente, también se expresa en tres niveles: apreciación, sentido y juicio de realidad. 

2.2.a. Apreciación de realidad con relación a sí mismo

Una adecuada integración de la dimensión realidad-irrealidad permite al Yo apreciar su propia pertenencia, su unidad, identidad, límites y existencia de tal manera que no siente amenazada su integridad; se siente seguro de sí, se aprecia y estima, conoce sus propios límites y la salud con que cuenta. Podríamos decir que es lo que en psicología dinámica se considera una identidad lograda. 

2.2.b. Sentido de realidad con relación a sí mismo

La concepción que el Yo tiene de su pertenencia, unidad, existencia, identidad, límites y salud le permite proyectarse en el tiempo, dándole un sentido a su existencia. El manejo de la realidad para sus propósitos está condicionado por esta auto-conciencia de sentido, que va más allá de la inmediatez del aquí y ahora.

2.2.c. Juicio de realidad con relación a sí mismo

Las vivencias de realidad de su propia existencia, límites, identidad, pertenencia, unidad y salud son básicas, y es a partir de la percepción de estas significaciones básicas que el Yo puede darle sentido a su conciencia de sí mismo, y apreciar adecuadamente su conciencia de sí mismo. Su compromiso equivale a su desintegración como estructura.