Corresponde a ciertas cualidades generales que sólo surgen en la naturaleza humana y que son resultantes de la funcionalidad yoica.
Dimensiones del Yo
Creemos que para ver la psicopatología del Yo como un continuo que abarque los trastornos más graves y “psicóticos”, pasando por aquellos más leves o “neuróticos”, hasta llegar a su psicología normal, debemos agregar a las tres dimensiones precisadas por Millon — activo-pasivo, dependiente-independiente y acercamiento-evitaciónc— una cuarta, la dimensión realidad-irrealidad. Consideramos que estas cuatro dimensiones dan cuenta de la funcionalidad yoica de manera más o menos global.
Cada una de estas cuatro dimensiones que se van perfilando a lo largo del desarrollo del sujeto, adquieren una fisonomía más definida de la adolescencia.
Las áreas de exploración consistirás en el área del vínculo (relaciones objetales tempranas y forma de vincularse actual), en la que se explora la dimensión realidad-irrealidad; el área de las interacciones (“propia identidad”), en la que se explora la dimensión dependencia-independencia; y el área de las relaciones (tendencia a acercarse al otro), en la que se explora la dimensión adhesividad-evitación.
La normalidad o funcionalidad del Yo se expresa en su capacidad integradora de los extremos polares de sus dimensiones básicas; y, consecuentemente, su psicopatología incide en la escisión de uno o varios de tales extremos dimensiónales antagónicos, en tal forma que la patología psíquica ligada al Yo acerca su limitación funcional a los estadios más primarios de su desarrollo. Y mientras más grave sea su limitación funcional, más puros serán los polos dimensionales, en cuanto a expresión conductual patológica.
Hemos definido estas cuatro dimensiones constitutivas del Yo en este proceso dinámico, haciendo referencia a un doble aspecto: el fenomenológico cualificador del vivenciar, por un lado, y el carácter comandado, controlador y regulador de la vida psíquica del sujeto en su relación con el entorno, por otro. A través de eso último el Yo proyecta el sujeto al futuro, integra su pasado y maneja el presente.
Su carácter dinámico exige una aproximación dimensional que distingue las siguientes dimensiones: