II.5.1.1.a. Método cualitativo o clínico

Mide el “cómo del rendimiento”, es decir, no determina en qué nivel se sitúa un rendimiento sino la estrategia que utiliza para realizarlo. Significa comprender la estructura del razonamiento  según los niveles de pensamiento de Piaget y es más comúnmente utilizada por especialistas de salud mental.

Ubica al niño o adolescente según el tipo de pensamiento que ha alcanzado; preoperatorio (2-7), operacional concreto (7-11), operacional formal o hipotético -deductivo (mayor de 12). 

La evaluación clínica es fundamental ya que no siempre es necesario ni posible someter al sujeto a un test de inteligencia, por lo que el clínico debe adquirir el máximo de destreza en la determinación del compromiso de la inteligencia a través de la entrevista. Ayuda a este adiestramiento el tener la mayor claridad posible respecto de los factores generales básicos de la inteligencia, entender de qué manera se cuantifican a través de los test, y entrenarse en extrapolar esta medición de rendimiento a la “situación de prueba” que es la entrevista clínica.

Entrevista Clínica

Es útil que el clínico se oriente previamente grosso modo sobre el estado de la inteligencia de un paciente para confirmar si se justifica o no un examen más exhaustivo de ésta a través de un test. Por esta razón nos interesa que el terapeuta, pueda evaluar a través de la entrevista y de la relación con el paciente su inteligencia.      

Los dos factores fundamentales de la inteligencia son la capacidad de asimilación y la capacidad de operación lógica. Es importante que el clínico afine su capacidad de observación de la conducta inteligente que se da en la relación con el paciente. Le da una visión psicopatológica más integral sin necesidad de recurrir a una evaluación instrumental, recurso que, además de no estar siempre disponible, implica las desventajas de someter al paciente a un “examen”, situación que en lo posible debe tenderse a evitar, con el objeto de establecer una mejor relación terapéutica.

Capacidad de asimilación 

Es evaluada en el Wechsler a través de las pruebas de: Vocabulario, Información, Comprensión y Ensamblaje.

El manejo del lenguaje es un índice significativo de la capacidad de asimilación de la inteligencia, a evaluar en la entrevista. La riqueza de palabras junto al uso adecuado de lo que ellas connotan son una expresión valiosa de la capacidad de asimilación. Otra variable importante que mide capacidad de asimilación, es el modo en que el sujeto maneja la información respecto a los hechos que tienen relación ya sea con el motivo de consulta, con su enfermedad y con cualquier asunto que mida la habilidad para incorporar información esencial.

Durante la entrevista, también se puede examinar la capacidad de juicio. El tino que muestra el paciente frente a las circunstancias del momento, en la relación con el terapeuta, o frente al grupo. 

La memoria asociativa, en cuanto capacidad de relacionar automáticamente detalles con figuras globales previamente asimiladas y viceversa, se puede apreciar en el desarrollo de las ideas del paciente. Como una pregunta o un recuerdo, lo lleva a comunicar un todo importante en relación al objetivo de la entrevista.

Capacidad de razonamiento lógico 

Es evaluada en el Wechsler a través de las pruebas de: Semejanzas, Construcción con cubos y Ordenación de historias.

La capacidad de razonamiento lógico se puede evaluar durante la entrevista observando la habilidad del sujeto para coger lo sustancial de un asunto y marginar lo accesorio. Otro índice de la capacidad analítico-sintética del paciente es la habilidad con que pueda describir un todo separando cada una de las partes que lo constituyen, y cómo este mismo asunto lo puede reconstruir desde otra óptica, sin que pierda su coherencia. La capacidad de abstracción que siguen las leyes del razonamiento lógico se aprecia con nitidez a través de la habilidad inductiva y deductiva. En qué medida el paciente es capaz de construir hipótesis, o sea, o sea extrapolar leyes generales a partir de hechos particulares o de concluir leyes particulares de hechos generales, durante la entrevista, ya sea en relación a sus conflictos o a asuntos planteados por el terapeuta.