II.3.1.a. Medición de la Atención y Concentración

La atención y concentración son requisitos indispensables para un buen rendimiento intelectual, y una condición necesaria para que se lleven a cabo los procesos de asimilación y razonamiento lógico, propios de la inteligencia.

En el capítulo sobre inteligencia, veremos que el test de Wechsler incluye tres pruebas que, evalúan fundamentalmente la capacidad de atención y concentración.

Estas pruebas son retención de dígitos, pruebas aritméticas y completar figuras. Las describiremos acá porque consideramos que ilustran los conceptos de atención y concentración, y son a menudo usadas por los clínicos en sus entrevistas.

Retención de dígitos

Consiste en mencionar al paciente una secuencia de dígitos de dificultad creciente, secuencias que el paciente debe retener y repetir. Por ejemplo: 2 – 9 – 3 – 1 – 8.

Esta prueba mide atención, ya que para poder rendir bien en ella se requiere ser capaz de asimilar sin esfuerzo la serie de dígitos.

Destacando el carácter pasivo de la atención, en la vida cotidiana, la atención funciona cuando, por ejemplo, podemos seguir el desarrollo de una conferencia o la lectura de un libro sin un esfuerzo especial. Cuando reiteradamente perdemos el hilo, es porque nuestra atención está perturbada.

“Aquellos pacientes que tienen que hacer un gran esfuerzo para escucharlos y para retenerlos, no tardan en empezar a equivocarse; el esfuerzo voluntario no puede reemplazar la condición —óptima para este test— de la atención pasiva automática” (Rapaport, 1959).

Pruebas de aritmética

Al paciente se le solicita que resuelva algunos problemas matemáticos sencillos, usando las cuatro operaciones básicas de suma, resta, multiplicación y división.

Es una prueba fundamentalmente de concentración, ya que el sujeto se concentra en el continuo de números y en el patrón de los cuatro cálculos aritméticos básicos.

El proceso de concentración se observa en la vida diaria cuando el material que ha de percibirse se torna demasiado complejo; esto hace necesario el esfuerzo voluntario para su selección y organización, de modo tal que se vuelva significativo y perdurable; lo mismo ocurre allí donde la atención se halla disminuida y el esfuerzo voluntario es necesario para ocuparse de la entrada o salida del estímulo.

“El continuo abstracto de números, y los patrones abstractos de los cuatro cálculos, están a disposición de la conciencia de cualquier persona media; la tarea de la concentración consiste en volver los pasos hacia estos patrones interiorizados” (Rapaport, 1959).

Subtest de completamiento de figuras

Consiste en una secuencia de láminas, a cada una de las cuales le falta un detalle que debe ser descubierto por el examinado. Por ejemplo: al dibujo de un cerdo le falta la cola.

Es también un test de concentración, pero a diferencia del test de aritmética, en el cual la concentración se realiza sobre los patrones interiorizados, en éste el sujeto debe considerar, además de los patrones interiorizados, los modelos externos que se le colocan antes su vista. De los modelos externos que son los dibujos, debe captar lo que falta en ellos, o sea, en qué se desvían de los patrones internos. El esfuerzo de concentración es voluntario y selectivo, requisito para el éxito de esta prueba.