El desgano es un trastorno psicopatológico de la dimensión actividad-pasividad del Yo que se caracteriza por el predominio extremo de una actitud pasiva, y que recibe este nombre cuando se presenta en su forma típica en la esquizofrenia. El paciente desganado no siente la fuerza motivadora necesaria para iniciar actividades que requieren de cierta tenacidad. Predomina la indecisión y aun cuando puedan reconocer lo gratificante de un logro, los obstáculos y el esfuerzo para alcanzarlos desalientan el proyecto. El sujeto se abandona a un quehacer desordenado, superficial y sin sentido, o a un ocio vacuo que no le aburre ni le angustia. No debe confundirse este trastorno con la apatía, que es una falta de interés en las cosas desde un ánimo apagado. Al apático todo le resulta indiferente, nada le entusiasma, incluso aquellas situaciones de por sí gratas y fáciles que no involucran un esfuerzo importante. El desganado, en cambio, puede entusiasmarse por actividades banales, en las que invierte gran parte de su tiempo. Tampoco debe confundirse con la abulia, que se expresa como trastorno de la psicomotricidad o conación. Al abúlico le interesan ciertos asuntos, quisiera realizarse, habitualmente porque siente que debe hacerlo, pero la intervención de la voluntad necesaria está en déficit. El enfermo se siente absolutamente incapaz de romper la inercia e iniciar el acto o conducta.
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